Emanuel Moriatis había comenzado de manera inmejorable la Copa de Oro del TC con aquella victoria en San Luis que lo posicionaba como uno de los pilotos con mayores chances de pelear la corona. Más tarde, en Olavarría, un toque en la serie que dejó afuera a Jonatan Castellano lo condenó a no poder largar la final debido a una exclusión parcial, pero el Dandy volvió a ponerse la ropa de candidato en Paraná, donde alcanzó el segundo puesto detrás de Guillermo Ortelli. Ahora segundo en el Play Off 17 puntos por detrás del piloto de Salto, el abanderado de Ford se ilusiona con pelear mano a mano el título con el Tetra en La Plata y Buenos Aires. "Esto no se termina hasta que se baje la última bandera a cuadros. El equipo está bien y tenemos un gran auto, pero necesitamos un poquito más de suerte", reconoce. Cuando Moriatis se refiere a la fortuna, seguramente se lamenta por el inoportuno ingreso del auto de seguridad en la serie que ganó el último domingo, que generó que ese parcial resultara el más lento de los tres con la consecuente imposibilidad de largar primero la final. "Creo que esa situación fue definitoria. Mi auto y el de Guille funcionaban muy parejos. Mi serie, la tercera, debió haber sido la más rápida si no ingresaba el pace car. Quizá otra hubiera sido la historia si largaba en la primera fila", cuenta resignado el de Lanús. La penúltima fecha del año en La Plata definirá qué dos pilotos del LSG colaborarán con el que aún mantenga las chances de pelear el campeonato en la carrera definitiva en el autódromo de Buenos Aires. Por el momento, tanto Eduardo Ramos como Rafael Verna, sexto y octavo respectivamente en la reválida por el título, deberán ayudar a Moriatis. "Así será. Somos todos Ford y hay que bajar a ese Chevrolet", cerró Emanuel. Toda una declaración de principios.