El italiano Valentino Rossi (Yamaha YZR M 1) se adjudicó la victoria del Gran Premio de Holanda de MotoGP en un controvertido final con el español Marc Márquez (Repsol Honda RC 213 V) en el circuito de Assen.


El circuito holandés de Assen es una de las catedrales del MotoGP. Un trazado donde ganar implica validar la calidad inherente a un piloto que compite en el Mundial de Motociclismo de Velocidad. Ahí, en parte, ha cimentado Valentino Rossi parte de su mito. Y ayer, echó una palada más a esa leyenda, ganando la octava fecha del campeonato, obteniendo su tercer triunfo del año, estirando la ventaja que posee en el campeonato, no sin una cuota importante de polémica.

Pese a que Il Dottore se impuso saliendo desde la pole, habiendo dominado los entrenamientos e imponiendo récord de giro durante el fin de semana, no estuvo exento de controversia.

El italiano de Yamaha dominó la carrera con cierta holgura, hasta que restando siete vueltas para la bandera a cuadros, el español Marc Márquez lo superó. Con un poco de paciencia, Rossi le devolvió la gentileza a falta de tres giros para el fin. Pero lo mejor estaba por venir...

La última curva de Assen es una chicana derecha-izquierda que deriva en la recta de meta. Ahí, el hispano de Honda vio la puerta abierta para zambullirse y, por el carril interno, superar al líder. Rossi, que venía haciendo la trayectoria ideal, de pronto se encontró con Márquez emparejándole.

Se tocan.

El de Yamaha evita la caída propia, del rival o de ambos -o, al menos, así se justifica- cortando la chicana, saliendo adelante a la recta y celebrando el tercer triunfo del año, el primero largando en la pole desde la carrera de Misano Adriático de 2009

"Incidente de carrera", sentenciaron los comisarios de la competencia al corroborar el triunfo de Il Dottore. Márquez, desconsolado, lo resumía así: "¿Qué me ha enseñado Rossi hoy? Motocross".