Comenzó la Copa de Oro del Turismo Carretera, que arrancó su etapa final y los pilotos se preparan para dejar todo en la pista. La lucha por el título vio la luz verde y nadie desacelerará hasta ver caer la bandera a cuadros en Buenos Aires. En el arranque de la Copa dorada fue Mariano Werner quien dominó para regalar al público de Paraná una victoria de local. El entrerriano consiguió su primera victoria dentro de la categoría más popular del país que esperaba desde Potrero de los Funes cuando perdió la punta de la carrera por la rotura en el motor del Ford. El obereó Carlitos Okulovich debió abandonar, luego de clasificar 10º en la tercera serie. Una vez en el escalón más alto del podio, Werner explicó: “Arriesgué las primeras vueltas y después cuidé tenía un gran auto. Siempre pensé ir para adelante”. José Werner sufrió un infarto el anterior fin de semana durante la carrera del TC 2000 en el callejero de Santa Fe, fue internado y se le aplicaron dos stents, pero el sábado ya andaba metido con todo en el box de su hijo Mariano, en Paraná, dónde ayer se disputó la duodécima fecha del torneo 2009 de Turismo Carretera. “Tuve dos avisos previos, cuando el TC corrió en Buenos Aires y unos días antes del TC 2000, me hice estudios, pero en Santa Fe me descompuse; el de arriba quiso que zafara, je”, afirmó. Si el de arriba existe, de paso, le dio el dulce después de tan amargo trago: Mariano ganó su primera carrera en TC, la primera de los play-offs, de la que Mariano Altuna emergió como el líder en la pelea por el título del campeón. “Gané porque arriesgué en las primeras vueltas y después cuidé. Conozco muy bien este circuito, vivo prácticamente aquí. Son incalculables las vueltas que tengo dadas”, afirmó Werner, que corre para el equipo de otro entrerriano, Omar Martínez. “Soy un agradecido con el Gurí, porque siempre me apoyó, me enseñó, me alentó y me trajo a correr a su equipo. Será muy difícil como entrerriano igualarlo, me encantaría alcanzarlo, pero es casi imposible”, agregó. Con tan sólo 25 carreras en la categoría, y con 20 años, Werner logró una victoria sin atenuantes, que si bien no tiene injerencia directa en la lucha personal por el título, ya que no alcanzó a clasificar para los play-offs, fue decisiva porque relegó a otros importantes postulantes al campeonato. “Nunca pensé en los play-offs porque tuve un comienzo de año con muchos problemas –reconoció Werner–. Luego cambié de equipo y me fue muy bien, pero era tarde para planificar la lucha por el título.” Werner pudo haber ganado en Potrero de los Funes, cuando dominaba claramente hasta que el motor que prepara Juanjo Tártara se fundió a pocas vueltas del final y cuando la victoria parecía segura. Aquella amargura se transformó en una alegría indescriptible en Paraná. Después de llover intensamente durante toda la noche y la madrugada, la jornada comenzó complicada por algunas lloviznas, más que nada para la multitud que se dio cita al trazado paranaense y que aguantó estoicamente los embates de la naturaleza. Incluso, la primera serie se desarrolló bajo esas condiciones, pero rápidamente mejoró y el sol comenzó a reinar desde el mediodía. En esa competencia inicial, el ganador de la pole-position Matías Rossi (Chevrolet) y Diego Aventín (Ford), dos protagonistas de relieve en la lucha por el título, quedaron excluidos por una maniobra del piloto de Del Viso que dejó al de Morón afuera de la pista sin ninguna chance y una vuelta más adelante al piloto de Chevrolet con una bandera negra aplicada con justicia por indicación de las autoridades. “A Rossi no lo hubiera podido alcanzar, tenía un gran auto, me di cuenta en la clasificación, pero así son las carreras”, reconoció Werner. José Werner permaneció internado en terapia intensiva hasta el lunes pasado y luego recibió el alta: “El médico me autorizó a venir al autódromo; si no venía, iba a ser peor. Estando internado en terapia intensiva escuché la carrera de TC 2000 por radio, qué le voy a hacer... esto es una pasión”.