Este domingo el piloto alemán Nick Heidfeld (Lotus-Renault) protagonizó uno de los momentos más tensos del Gran Premio de Hungría, cuando su monoplaza sufrió un sobrecalentamiento.

Nick Heidfeld (Lotus Renault) se llevó un verdadero susto durante el Gran Premio de Hungría, que se disputó en Hungaroring este fin de semana, al incendiarse su monoplaza en plena carrera. Sin embargo, la peor parte se la llevó uno de los comisarios, al que le estalló una rueda cuando se apresuraba a apagar el fuego.



Heidfeld asegura que nunca había vivido una situación como la vivida en Hungría el pasado domingo. "El coche también se incendió en Barcelona, pero en aquella ocasión no me preocupé, esta vez estuvo más cerca. En esta ocasión pude sentir el calor, así que tuve que salir rápidamente del coche", según ha difundido caranddriverthef1.com.

Sin embargo, todo quedó en un susto para el piloto alemán, que incluso se atrevió a ironizar con respecto al incidente. "¡No me quemé, mi mono ya era negro antes del incendio!", bromeó Heidfeld.

Más afectado quedó uno de los comisarios que acudieron al lugar del incidente para extinguir las llamas que devoraban el Lotus de Heidfeld, al cual le explotó una rueda que le impactó en la pierna, dejándole herido.

Preguntado por la causa del accidente, Eric Bouillier, jefe de Renault, fue claro en su explicación. "El coche no está diseñado para mantenerse a tantas revoluciones durante la parada en boxes", aclaró Bouillier a la revista Auto Motor.