Loeb se lo había tomado con soda. Como si fueran unas vacaciones, fue con su esposa, Severine, como copiloto. Con el Citroën C4, la feliz pareja se encaminó hacia el Rally del Var. Tranqui, sin estresarse demasiado, aunque viniendo desde atrás, Loeb logró imponerse.

Un errorcito a la pareja se le perdona. Severine estaba en sus primeros momentos como copiloto y se equivocó feo el día sábado. Por eso perdieron el primer lugar que llevaban hasta ese momento. No pasa nada. En el último día salían a 34 segundos del líder, el belga Pieter Tsjoen (Ford Focus), pero con el Citroën ganador y la muñeca de Loeb se superaron las distancias.

Sebastien y Severine se llevaron el rally. La primera vez que corrían juntos. Aun con la fuerte lluvia, descontaron la ventaja y ganaron. Loeb disfruta de vacaciones y de paso gana una carrera con su esposa.